El invierno trae el gris de un cielo húmedo y una ciudad hastiada
y en la mañana, de pálido nácar se bañan tus mejillas rosadas.
Si quisiera el destino caprichoso cobrarme cada risa que bramas
no hubiera moneda capaz de comprar el cielo de la felicidad que manas.
Si quisiera la lluvia, juguetona y osada, en tus lágrimas confundirse
no hubiera una sola gota tan pura que en tus labios pudiera fundirse.
Y si aunque se encuentre, infante, tu cuerpo inmóvil, sombrío y triste
permanece tu alma conmigo…
no habrá muerte capaz de atormentar el corazón que al volar me diste,
si el mío propio marchó contigo...
Genial, precioso, maravilloso, único, eres la mejor, corrigeme si me equivoco :P
ResponderEliminarAinsss que bebito mas lindo.
Besitos wapisima.
Tus ojos celestes miran mas allá de lo que hay que mirar, y miran el mar por dentro, y la vida que lo habita... ¿Cómo haces para mirar, bucear y contarnos tan claramente lo que otros sienten tan oscuro y difícil de transmitir?...
ResponderEliminarMe arrodillo, tomo tu mano derecha y te beso la palma de la mano en señal de respeto.
>^-^< ¡Belleza, ternura...! ¡Gracias! >^-^<
ResponderEliminaruna preciosidad... un texto realmente hermoso
ResponderEliminarbesines embrujados
Me ha encantado la forma de narrar, las palabras utilizadas... y sobre todo, las sensaciones que transmites con cada una de las líneas escritas!
ResponderEliminarPor cierto, yo también te sigo ^^ (Y gracias por pasarte por el blog)
Besos!
Muy expresivo y cargado de sensaciones. También original. Perfecto.
ResponderEliminarSaludos!