78. [Cuenta-Cuentos]

Querido Diario:
   Hace poco tiempo me he dado cuenta de lo mucho que le echo de menos. Hace ya un par de años que nos conocimos y todo surgió de forma rápida e intensa. Era inevitable, se juntaron su forma de comerse el mundo y mis ansias de libertad.
   Nos unió, quizá, una pasión compartida a cualquier hora del día y, además, el Metal ardiendo en nuestras venas. Pero la cosa se torció pocos meses después, más por problemas ajenos que nuestros propios, y tuvimos que distanciarnos. Cuando hablé con él, llorando, prometió:
   “El día que puedas volver, te estaré esperando”.

   Recuerdo, no sólo el tono de su voz, sino sus ojos al mirarnos. Su sonrisa al decirle que me estaba enamorando. Su dolor al no poder rozarnos. Los días 23, los meses de agosto… sus e-mails.
   Y a veces parece tan fácil decir… “eh, te necesito, quiero volver”… pero hay demasiada gente que no lo entendería, demasiados obstáculos, al menos de aquí a un tiempo. Me engaño y me digo que después de tanto tiempo debería serme extraño, pero lo cierto es que aún se me encoge el pecho cada día veintitrés, cuando miro el correo y aparece tu nombre sumando un número más al que nos une.

   Cuando abro el mensaje y leo… “sigo esperándote”.