75.

No somos artistas,

pero he aprendido a dibujarte

y a llenarte el cuerpo

de caricias.

A contar hasta diez:

un beso en tu espalda,

dos ojos de miel,

tres noches de marcha

y resaca en tu piel.

Cuatro versos perdidos,

cinco lunas de hiel,

seis orgasmos que contigo

me parecen más de cien.

Siete vidas a tu lado,

ocho estaciones de tren

en las que me has obligado

a volver otra vez.

Nueve palabras

que definen todo esto:

tiempo, dolor, amor, silencio,

sexo, pasión, llantos, desprecio

y, sobre todo, nuestro.

Y diez son

las sonrisas que me invento

por si otra vez, en algún momento,

me abandonas

y de nubes tiñes el cielo.

Y no, no somos artistas,

aunque eso nos parecieran

nuestros cuerpos unidos

en las noches de luna llena.

Pero quizá en esto que te escribo

entiendas

que aunque nuestro amor,

más que de rosas,

fuera un camino de piedras…

arte quisiera ser

lo que para mí tú eras.