lunes, 7 de junio de 2010

122.

He perdido el rumbo de la vida,
voy vagando sin sentido,
ahogándome entre las raíces
en las que crece el olvido.
Apenas escribo algo más
que palabras vacías
que carecen de sentido.
Pierdo los estribos
en un mundo cada vez más cruel,
cada vez más frío.
Hoy hace cuatro años
que te has ido
y las cosas por aquí
se han sumido en un abismo
de silencio y ausencia,
de dolor e impotencia,
de los recuerdos
de aquellos días en los que
violaron nuestra inocencia.
Mándame una señal
que me devuelva la consciencia
sobre todo lo que me rodea,
que me devuelva la esperanza
de creer que las personas que llegan
no siempre se marchan,
que no es la soledad eterna.
Dime que no fue culpa nuestra,
que defendimos lo que somos
y que valió la pena,
que tiene sentido luchar
por todo lo que creemos
aunque nadie más lo entienda.
Dame un motivo para sonreír
sin que se esconda en mis ojos
la tristeza.