Nunca me costó imaginarme sus miradas, ni sus sonrisas. Imaginar, soñar... siempre han sido mis actividades favoritas... pero ahora todo es distinto. Febrero ha cambiado imaginar por añorar.
Añorar, por ejemplo, el rojo de su pelo las pocas veces que lo bañaba el sol. El blanco de su piel, que se confundía con la nieve que nos rodeaba, la nieve a la que yo ya estaba acostumbrada pero aprendí a ver de nuevo a través de él, de otra forma.
Añorar contar las pequitas de su cara, llevarme otras cuantas con los labios, de su espalda. Añorar su forma de mirarme, como si de verdad fuera guapa. Sus abrazos desde atrás, su barbilla en mi hombro, sus palabras. Robarle a la noche el calor que nos negaba.
Echar de menos los cafés en cualquier sitio, a cualquier hora de la tarde o la mañana. Hacerle elegir cualquier cosa, por tonta que fuera, sólo porque me gusta la expresión de su cara. Su voz. Su risa. Los calambres que le daba. Los que él me daba a mí. Que se comiese mi pelo cada vez que me besaba. Su lengua abrirse paso a mi garganta. Que me dijese "qué suavita estás", aunque él lo fuese mucho más. Su pijama. Su olor.
Añorar, también, que me despertara con un beso en la cara y ser la suya lo primero en ver cada mañana, lo último cada noche. Sentirme más cómoda que nunca y, a la vez, nerviosa perdida. Conocer a las mariposas de las que me he reído toda la vida. Los latidos de su corazón. Sentir que el mío se me iba a salir del pecho. Su mala suerte, aunque dijese que era mía. Sus mensajes a las 5 de la mañana, aunque estuviésemos a dos metros de distancia...
...estar sólo a dos metros de distancia.
Echarle de menos. A él, a mí, a lo que soy con él.
Añorar, por ejemplo, el rojo de su pelo las pocas veces que lo bañaba el sol. El blanco de su piel, que se confundía con la nieve que nos rodeaba, la nieve a la que yo ya estaba acostumbrada pero aprendí a ver de nuevo a través de él, de otra forma.
Añorar contar las pequitas de su cara, llevarme otras cuantas con los labios, de su espalda. Añorar su forma de mirarme, como si de verdad fuera guapa. Sus abrazos desde atrás, su barbilla en mi hombro, sus palabras. Robarle a la noche el calor que nos negaba.
Echar de menos los cafés en cualquier sitio, a cualquier hora de la tarde o la mañana. Hacerle elegir cualquier cosa, por tonta que fuera, sólo porque me gusta la expresión de su cara. Su voz. Su risa. Los calambres que le daba. Los que él me daba a mí. Que se comiese mi pelo cada vez que me besaba. Su lengua abrirse paso a mi garganta. Que me dijese "qué suavita estás", aunque él lo fuese mucho más. Su pijama. Su olor.
Añorar, también, que me despertara con un beso en la cara y ser la suya lo primero en ver cada mañana, lo último cada noche. Sentirme más cómoda que nunca y, a la vez, nerviosa perdida. Conocer a las mariposas de las que me he reído toda la vida. Los latidos de su corazón. Sentir que el mío se me iba a salir del pecho. Su mala suerte, aunque dijese que era mía. Sus mensajes a las 5 de la mañana, aunque estuviésemos a dos metros de distancia...
...estar sólo a dos metros de distancia.
Echarle de menos. A él, a mí, a lo que soy con él.
Hace poco tiempo éste blog cumplió un año. Yo cumplo hoy otro más, por eso he esperado hasta éste momento para contarlo. Ha sido un buen año, con sus idas y venidas, pero un buen año. Con un cierre inmejorable y un principio del nuevo igual de bueno.
Gracias. A todos los que habéis leído, comentado y seguido. Pero en especial, gracias a los que habéis llegado hasta aquí, a pesar de que últimamente no haya tenido mucho tiempo para dedicar a los blogs y a comentaros. Espero seguir otro más, y seguirlo con vosotros.
Sigo soñando, seguid soñando.
En el momento más inesperado, los sueños se hacen realidad.
Gracias. A todos los que habéis leído, comentado y seguido. Pero en especial, gracias a los que habéis llegado hasta aquí, a pesar de que últimamente no haya tenido mucho tiempo para dedicar a los blogs y a comentaros. Espero seguir otro más, y seguirlo con vosotros.
Sigo soñando, seguid soñando.
En el momento más inesperado, los sueños se hacen realidad.